Hay veces que crees que hay algo que por lo que vale la pena luchar, y luchas por ello. Pero llegado un día, decides que ya luchaste bastante, y que si no dio resultado antes, tampoco lo dará ahora. Ese es el día en que te das cuenta que, has desperdiciado un tiempo que no serás capaz de recuperar. Y que hay otras cosas, mejores, que vinieron solas, pero que casi no supiste ver, porque realmente querías lo otro.
Hoy por hoy, descubrí que lo realmente especial, lo encuentras en los sitios donde menos te esperas encontrarlo. Hoy estaba tocando la guitarra, dejé resonar una nota, deje que mi mano descansara sobre la guitarra, mi guitarra, mi tesoro; noté como temblaba la madera, primero un temblor claramente notable, después conforme disminuía el volumen de la nota, disminuía el temblor de la madera. Nunca antes me había parado a sentir la música de esa manera.
Hoy por hoy, también me he dado cuenta, que hay cosas por las que simplemente no vale la pena luchar, porque no son para ti; cosas que quieres tener, pero que no están a tu alcance, y que te dan señales una y otra vez, señales que interpretas correctamente, pero que simplemente ignoras.
Si alguna vez dejas de luchar por algo, pensando que valía la pena luchar por ello. Seguramente, es que no valía la pena luchar por ello. Las cosas que si valen la pena, no necesitan que luches por ellas, necesitan que quieras luchar por ellas. Y llegarán antes de que hayas empezado a esforzarte realmente por conseguirlas.
Firmado,
Diva
Mi peque gran filosofa, dios te adoro; muy muy buen articulo.
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